Cada uno de nosotros que meditamos lo hacemos por alguna razón y eso nos motiva a ello, pero cuál es? Debemos dedicar un tiempo a reflexionar sobre esta pregunta, porque la meditación nos va a transformar y de hecho se entiende como una vía de desarrollo y cambio personal, pero tenemos claro cual es el modelo de persona hacia el que quiero avanzar.
Dentro de nosotros puede incluso que haya motivaciones contradictorias y que nos impulsen a meditar para conseguir ciertas capacidades, y por contra otras motivaciones en otro sentido y ambos objetivos sean difícilmente conciliables.
Voy a explicar estas posibles contradicciones con lo que he visto en ciertas personas y lo que en mí mismo he experimentado. A veces el ideal hacia el que queremos acercarnos, apoyándonos en la meditación es una persona más humana, más bondadosa y menos egoísta, pero por otro lado nos gusta sentirnos distintos, especiales, destacar en algo y ser diferentes. Estas dos ideas chocan de forma clara, pues en uno queremos disminuir nuestro ego y en la otra el el propio ego, el que quiere destacar. Esta situación no es extraña ni tan siquiera negativa, pues el ego es un ente muy fuerte y no es fácil hacerlo desaparecer, además de que no es algo intrínsecamente propio, sino una característica del ser humano, al igual que tener dos brazos o un cerebro. Pero si que es importante saber cuál es la motivación de mi práctica meditativa, sea la que sea, pues la meditación me va a llevar en una dirección, pero mi motivación también va a dirigirme en un sentido y a veces no nos es fácil saber cuál es realmente, pues el ego nos puede presentar una respuesta y ser falsa.
A veces nos da miedo enfrentarnos a vernos como realmente somos y descubrir nuestras motivaciones últimas, pero es parte del trabajo interior y si no es muy complicado avanzar.

Responder a la pregunta de porque medito en mi caso, me lleva a esas contradicciones, pero cada día más palpables, por lo que la motivación de cambio hacia una persona más bondadosa, humana y menos egoísta, con una atención más desarrollada para conseguirlo, van cada día siendo más fuertes y sé que cada vez que avanzó hacia ello, soy más feliz y puede ofrecer algo de ello a los demás.
Os invito a que cada uno de vosotros indaguéis sin miedo a cuál es vuestra motivación al meditar y sea cual sea las respuestas la aceptéis sin miedo y continuéis practicando, pues en este camino hay tramos amargos, pero es necesario pasarlos para avanzar hacia la paz mental y el equilibrio.
El trabajo interior es como seguir una senda a través de parajes complicados, con fangos, selvas y rocas, pero también con lagos, valles y flores, pero sobre todo al final nos espera una paz, que a veces se intuye y que al tocarla sabemos lo bello que es y cuanto merece la pena. Por ello, continuó meditando y te animo a seguir practicando, querido amigo.
Namaste.🙏
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