India, primer viaje

He viajado a India dos veces y creo que mi primer viaje en 2004, ha sido una de las experiencias más impactantes de mi vida. Vine totalmente marcado y mi regreso a la normalidad me resultó complicado y arduo. La realidad es que prácticamente todas las personas que conozco que la han visitado, han venido de alguna manera afectadas.
Algunas han venido con la idea clara de que nunca más volverán y casi siempre argumentando que no soportan las condiciones de vida que han tenido que presenciar. Otras sin embargo vienen encantados y con la absoluta convicción de que volverán. Hablan de la espiritualidad, de la mirada de los indios, de la alegría en las calles, de la vida por doquier que asoma por cada esquina, de la belleza que existe en el detalle más ínfimo, de la risa y alegría de los niños, etc.
Voy a intentar plasmar que supuso para mi ese viaje, aunque creo que es muy difícil de expresar en palabras, pues incluso mis ideas diez años después de ese primer viaje siguen estando confusas. Lo recuerdo como algo que me llenaba de alegría, que hacia que por las noches casi no pudiera dormir, esperando volver a salir a la calle y llenarme de todo aquel gentío, de sus miradas cálidas, de su inagotable capacidad de sorprenderme. Me sentía vivo, como nunca antes lo había sentido, mi alegría era desbordante y reía y hacia bromas sin parar. 
Buscaba sin descanso esas miradas tan próximas y tan difíciles de encontrar en mi tierra. Me sentía, como un amigo mío antes de llegar me describió, como en mi casa. Era como si algo de todo aquello me resultara muy familiar, como si algo de allí era propio y por fin lo hubiera encontrado. A la par había momentos donde la pobreza y sobre todos la cantidad ingente de escombros, suciedades, malos olores , me resultara insoportable. Buscaba refugio en los lujosos hoteles donde nos quedábamos y tomaba duchas reconfortantes, mientras mi mente me enfrentaba a que toda aquella gente vivían siempre en aquello que para mi era inhumano. Pero a la par , quería volver junto a ellos y sentir que justo aquel que consideraba mas desgraciado era capaz de dedicarme una sonrisa y una mirada , que nadie en Occidente podría dirigirme.
Todo se mezclaba sin tregua, los sentidos no podían dejar de pasar de los más sublime a lo mas desagradable sin ningún espacio de tiempo, para poder asimilarlo. El sonido era inhumano en el tráfico, imposible de entender, pero acto seguido podías visitar un templo o lugar sagrado tocado por un silencio conmovedor. Los olores eran inclasificables y podías recibir a la par la fragancia de las flores y el más nauseabundo olor de letrinas y basuras sin fin. La vista pasaba de admirar la constante presencia de montañas de desperdicios a la belleza increible de una madre con su pequeño hijo en brazo, como un ángel perdido en mitad de aquella locura. El calor te impregnaba la piel de sudor, para de pronto empezar a llover y sentir una humedad bendecida, sin necesidad de paraguas, muy al contrario maravillado por la sensación de frescura del agua. El gusto no era ajeno a los extremos y en algún momento intentabas comer algo de lo que los indios comen a diario y no entendías como aquellos alimentos de un picante extremo podían comerlos con tanto deleite. A la par su forma de comer con la mano y mezclando todos aquellos alimentos tan condimentados, me resultaba agradable.
Otro de los elementos que mas me impactaron fue la sensación de que la vida se tomaba allí con otra dimensión, casi como un juego. Observabas situaciones de posible conflicto con comerciantes, conductores de rickshaw y todo era como menos importante. Utilizaban la frase "No problem" constantemente y ese imposible de repetir movimiento de cabeza típico de los indios , que significa algo así como "Ok, todo esta bien".
Sin duda todo lo que mis sentidos recibieron, me afecto profundamente, pero lo que mas me afecto fue lo que ocurrió en mi interior, me sentí seguramente mas feliz y libre que nunca en mi vida. 
Mi vuelta a España fue una mezcla de la alegría por lo que había descubierto y una añoranza continua por lo que allí había dejado. Viví con una imagen idealizada de India durante años y me faltaba tiempo para describir alguna de las experiencia que había vivido en cuanto tenía ocasión de ello. 
Volví a viajar a Oriente varias veces, siendo los destinos Myamar, Tíbet o Nepal y volvía a sentir algo de todo aquello que India me hizo sentir, pero a una escala menor.
En 2011 volví a India junto con Luci, mi mujer y mis dos hijos, pero a diferencia del primer viaje contratamos un viaje muy turístico y no pudimos ir con nuestro amigo y magnifico guía Xavi Alongina y hicimos un viaje maravilloso a nivel de monumentos, hoteles, restaurantes y comodidades, pero casi no tocamos aquella India que tanto me fascino en su momento. Volvimos de alguna forma decepcionados, pues aquella magia que íbamos buscando no la tuvimos casi en ningún momento.
He querido compartir en el blog esta experiencia tan impactante que fue mi primer viaje a India, pues se que todo aquello me hizo cambiar, pero me es muy difícil describir en que sentido lo hizo e incluso si fue positivo o no. Algunas veces pienso que mi vida podría está allí y que sería mucho más feliz si tuviera la valentía de irme, pero mucha otras me parece que todo aquello me vencería y no podría seguramente ni a nivel físico ni emocional soportarlo. Pero lo que se con total seguridad es que todo aquello me hizo sentir vivo, sentimiento que muchas veces hecho de menos en nuestra sociedad y por ello guardo una relación y un cariño muy especial a India.
Todas las fotos que aparecen las tome en aquel viaje y son una muestra de todo esto que he intentando transmitir.

Comentarios

  1. Antonio, me siento totalmente identificado con la entrada del blog. Sacas a relucir la cantidad inmensa de sensaciones que comienzan a aparecer según pones un pie en dicha tierra tan especial. La contradicción de sentimientos constantes, la lucha interna que comienza, el combate entre la razón y la visión de lo que ocurre.... me suena tan familiar todo lo que comentas...

    Como dices, creo que es un país que no deja indiferente a nadie, y en mi caso, soy de las personas que aseguran que volverá.

    Da gusto leerte!

    Un abrazo enorme!

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    1. Que bien Javi, que te guste esta entrada sobre India. Es normal que te identifiques bastante con mi forma de sentir ese viaje, pues por algo nos gusta compartir nuestros ratos en Caceres y es porque existe una sintonía clara entre nosotros y India es otro elemento más de sintonía. Muchas gracias por tu comentario con el que también me identifico yo claramente. Un abrazo para ti y para Carmen.

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