Meditacion V. ¿Cómo?. Caminando

La meditación caminando es una práctica de desarrollo de la atención y la concentración andando y que se puede realizar de forma complementaria a la meditación sentada, para mantener los estados meditativos, dando descanso al cuerpo por mantener la posición sentada durante tiempos prolongados.


Las características de esta meditación en lo referente a hora y ropa, son similares a lo explicado en la meditación sentada.
Duración. Se ha de corresponder con los periodos de meditación sentada, siendo un buen baremo, el distribuir el tiempo con una distribución de 2/3 del tiempo dedicado a sentada y 1/3 a caminado, es decir si disponemos de un tiempo de 30 minutos en total, dedicar 20 minutos sentado y 10 minutos caminando.
Lugar. Se debe elegir un espacio de terreno de entre 5 y 10 metros donde se realizar la meditación yendo y viniendo, por lo que no debe de existir ningún obstáculo, ni debe de cruzarse con el recorrido elegido por otra persona.
Posición. Para realizar esta meditación el cuerpo debe estar con la espalda recta, con la cabeza ligeramente inclinada hacia delante, con la mirada en el suelo 2-3 metros delante. La posición de las manos debe ser tal que no estén sueltas a ambos lados del cuerpo, sino cogidas atrás en la espalda, delante en el abdomen o sobre el pecho.(ver fotografia adjunta)
Realización. La atención en este caso es sobre la planta de los pies, por lo que es preferible siempre que se pueda realizarlo descalzo. Se empieza al principio del trayecto elegido, con una primera toma de conciencia del cuerpo y de la planta de los pies. Después se comienza andando intentando poner la máxima atención en la planta de los pies, en el tacto, temperatura, presión, etc. Se realiza lentamente, para poder captar los detalles con nitidez. Se empieza con un pie y para ayudarnos pronunciamos para nosotros "levantando". Cuando el pie avanza y toca el suelo pronunciamos en silencio "apoyando". Para prestar atención a cada pie hasta que uno no haya concluido totalmente el apoyo no debe levantarse el otro. Lo importante no es la frase sino sentir la planta del pie. Al llegar al final del trayecto, paramos un momento y al darnos la vuelta, repetimos "girando, girando".
Seguimos con este procedimiento hasta el final del tiempo establecido y como hemos dicho se realiza lentamente, a no ser que notemos la mente aletargada o pesada y entonces conviene incrementar el ritmo, para despejar la mente, pero intentando seguir poniendo la atención en la planta de los pies.

Comentarios

  1. Gracias Antonio, me ha ayudado a despejar alguna duda que tenia de este tipo de meditación y a practicarla más a menudo.
    Un abrazo. Esther F.

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  2. Gracias, Esther a ti. No sabes lo que me motiva el saber que os sirve para algo esto que escribo. Un abrazo.

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  3. A mi también me ha ayudado a comprender mejor este tipo de meditación. Gracias Antonio, como siempre.
    Sixto

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    Respuestas
    1. Si, quizás a este tipo de meditación no le damos mucha importancia y no tenemos las ideas tan claras como en la meditación sentada, así que me alegro de que te haya servido algo, para comprenderla mejor. Un abrazo.

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